Los empresarios del sector creen que en ampliar los bienes de consumo de esta materia prima está el futuro.
A medida que el mercado mundial del cannabis madura rápidamente, el giro de una empresa uruguaya muestra como el mercado se está alejando del simple cultivo de la planta y se dirige hacia bienes de consumo de mayor valor, como cremas y barras de cereales.
Cannabis Company Builder, una incubadora de 'startups' relacionadas con la marihuana que ayuda a emprendedores a lanzar sus marcas, está invirtiendo para desarrollar productos médicos, cosméticos, de cuidado de mascotas y nutricionales en América Latina.
Su objetivo es invertir en 50 empresas el próximo año, frente a las 22 actuales, y el director ejecutivo, Andrés Israel, quiere que un porcentaje cada vez mayor de ellas cree productos de marca.
"Se está invirtiendo demasiado dinero en el área del cultivo, que para mí no es el futuro de la industria", dijo Israel, de 34 años.
Dentro de su actual grupo de empresas figuran el fabricante de cosméticos Be Fresh Blends, el productor de barras de cereales Upstairs Food y una empresa que desarrolla un suplemento de cannabis para perros.
CCB, como se conoce a la compañía, también está negociando una participación minoritaria en un proyecto para fabricar alimento para ganado a partir de cáñamo, comentó Israel.
Su empresa evita el mercado de la marihuana recreativa y los productos que drogan a los usuarios para concentrarse en productos de consumo.
¿EL FUTURO?
Ya sea comprando marcas existentes o partiendo desde cero, las empresas latinoamericanas de cannabis como CCB y la colombiana Flora Growth Corp. se están volcando a ese segmento con la expectativa de que será más rentable que las materias primas como la flor de cannabis seca.
La flor representó el 97 % de los 7,5 millones de dólares de exportaciones de cannabis de Uruguay el año pasado. De modo que para las empresas que pueden superar los obstáculos regulatorios y de producción para convertir la marihuana en productos, la oportunidad es enorme.
"Todo lo que involucra la creación de productos finales es donde veo una oportunidad", dijo Israel, quien anteriormente cofundó la firma de logística Gurucargo y la marca de cosméticos Canabizzz.
Israel piensa que los inversionistas en cannabis favorecen a los países latinoamericanos donde la estabilidad y el estado de derecho son fuertes, como Uruguay, que fue el primer país en legalizar la mayoría de los usos de la marihuana en 2013, y Chile.
Colombia, que tiene condiciones favorables y excelentes condiciones de crecimiento, podría convertirse en un importante exportador si puede resolver las preocupaciones de los inversionistas sobre el riesgo político, dijo.
Casi tres cuartas partes de las empresas de CCB son uruguayas, aunque muchos de sus fundadores provienen de Brasil, Sudáfrica y otros países.
Chile todavía tiene que aprobar una legislación que autorice las exportaciones de cannabis, pero eso no ha impedido que Israel inicie negociaciones con tres empresas de ese país.
“Chile puede proveer la estabilidad jurídica y política para desarrollar una industria sólida como lo hizo Uruguay”, dijo Israel.
El principal cuello de botella no puede exportar
Fundada por Israel y otros dos socios en febrero, CCB ofrece a las empresas de cannabis servicios que incluyen licencias, marca y asistencia legal a cambio de una participación de entre 5 % y 10 %.
CCB recaudó 500.000 dólares de capital inicial de inversionistas, entre los que se incluyen las compañías farmacéuticas más grandes de Argentina y Rubén Sosenke, cofundador de la aplicación de repartos PedidosYa.
La operación valoró a la empresa en unos 4.500 millones de dólares cuando se cerró en junio, dijo Israel.
Espera que CCB sea rentable en marzo o abril, cuando sus empresas comiencen a generar ingresos y ganancias.
Los accionistas están planeando una ronda de financiamiento serie A en el primer semestre del 2022 que permitirá a CCB aumentar la propiedad de sus empresas de cartera antes de una posible oferta pública inicial a mediados de 2023, dijo.
Fuente: Portafolio